Torreón, Coah. Un ciclón devastador, el de Dolores, en el verano de 1974 arrasó poblaciones de la Costa Chica de Oaxaca. La comunidad de Charco Redondo debió desplazarse y refundar su comunidad, San Marquitos, en un nuevo lugar.E
Esta es la premisa del documental de 2021 «Nos hicieron noche» de José Antonio Hernandez que se exhibirá el miércoles 12 de octubre en una función especial del cine club «Cuadro por cuadro» del Museo Arocena. La entrada será libre.
San Marquitos no está en los mapas: parecería que sigue siendo un territorio provisional, a más de 40 años de la catástrofe. Pero el asentamiento ya cuenta con una historia, tan joven como ancestral. Una historia que inicia con un ciclón y antes de un ciclón.
Los habitantes de San Marquitos, en su mayoría afrodescendientes, viven recuperando su memoria, en un territorio poblado de tonales, fiestas y pastoreo de borregos.
En el documental «Nos hicieron noche» , José Antonio Hernández hace la crónica de San Marquitos; los acompaña en sus ritos, su vida cotidiana y su encuentro con la modernidad.
El cineasta ha dicho qur «tengo muchos tiempo visitando el Parque Nacional de Lagunas de Chacahua, tengo ahí una pequeña cabañita, me gusta decir que es mi casa y por esto tengo tanta relación, cercanía e intimidad con esta región. San Marquitos es la entrada para llegar a la isla de Chacahua, he visitado la región desde años».
«En 2012, a través de una convocatoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia, estrenamos nuestro primer documental realizado en la Costa Chica, «Vestigios del paraíso», y en una de estas funciones conocí a Fabián Salinas, uno de los protagonistas de la historia».
En 2016 me contactó Fabián, él estaba llevando cine itinerante a comunidades donde no existía el cine, y estaba haciendo su tesis sobre algunos cineastas de Oaxaca. Me platicó que le había prometido a su mamá contar la historia de su comunidad y que esto tenía que suceder cuándo realizaran la mayordomía o la fiesta patronal de su pueblo. Entonces me cuenta cómo se funda su comunidad, y a las dos semanas ya estábamos en San Marquitos, con este primer acercamiento. Conozco a su familia y me enamoro de ellos, de su mamá doña Romualda y empezamos a trabajar. Así se da la relación con la comunidad, esto sucede en 2016.