-AGENDA CULTURAL-AISLAMIENTO, SOCIEDAD Y PANDEMIA

Es mi Agenda Cultural en http://www.mileniio.com, una reflexión sobre una sociedad tecnificada y aislada en un mundo acosado por la pandemia del Coronavirus.

La Organización Mundial de la Salud reportó ayer un incremento del 16 por ciento en depresión, ansiedad y trastornos por presiones sociales y laborales.

El 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental y por segundo año consecutivo distintas instituciones académicas, de salud pública y de investigación pública y privada subrayaron el peligro latente de un incremento notorio en la conducta anti social, aislada y depresiva de las personas.

El tema es graves desde antes de 2020.

La exposición prolongada de las personas, desde la infancia, a la violencia real o virtual en sociedades cada vez más violentas en todas sus manifestaciones, la influencia de los juegos digitales, generalmente hiper violentos y la agresión social hacia las personas, está acentuando lo que Tamaki Saito denominó en 1998 como Aislamiento social: una interminable adolescencia; y Dan Kiley describió en 1983 en su libro «El Síndrome de Peter Pan», los hombres que nunca aceptarán ser adultos.Es verdad que el tema es antiguo, el director español Juan Esterlich March filmó en 1977 las historia de un hombre que llevaba once años sin salir del baño de su departamento.

Los anacoretas, ermitaños, antisociales, siempre han existido, pero nuestros tiempos pueden ver una pandemia de Hikikomoris, en Japón hay poco más de medio millón de ellos, son personas que no gustan de salir de sus mini departamentos, donde tienen todas las comodidades electrónicas, muchas veces incluso es lugar de trabajo y lo que requieren lo piden a domicilio.

Estas personas aisladas socialmente se comunican con el mundo a través de tweet, correos electrónicos, mensajes de teléfono, fotografías…Hay otro segmento que crece en las sociedades industriales y post industriales como Japón, Corea, Hong Kong, ciertos países europeos y la Unión Americana, el de los adultos mayores que poco a poco se van aislando en sus casas o departamentos y establecen redes de comunicación elementales, como señales de luz.

El cine ha realizado películas muy interesantes sobre aspectos de este tema de la soledad, el aislamiento voluntario o dictado por la sociedad, la edad o la enfermedad, incluso la vergüenza social; un ejemplo sencillo, humanista y divertido es «Guten Tag Ramón» (2013), del mexicano Jorge Ramírez, sobre un joven indocumentado, que no habla alemán y que se queda en la calle (literalmente) en una ciudad alemana y da con un grupo de adultos mayores, vecinos en un edificio y comienza a establecer redes muy simpáticas.

Otra película, «Ermitaños», es un documental mexicano de 2019, realizado por Daniela Uribe que presenta a ocho jóvenes residentes del famoso edificio Ermita de la Ciudad de México, viven en mini departamentos y se comunican entre ellos por mensajería telefónica; durante la cinta hablan de sus motivaciones para vivir solos en un espacio de 35 metros cuadrados, asunto que se ve en otras ciudades grandes como Monterrey, donde cientos de jóvenes profesionistas viven en edificios con todas las facilidades electrónicas, de esparcimiento en espacios comunes y en departamento de una recámara, un baño, mini cocina y espacio de convivencia social, en barrios que se han encarecido de forma impresionante en los últimos 10 años.

Lo mismo sucede en París, Francia, o Hong Kong, donde hay personas que viven en 9 metros cuadrados. Viven así por conveniencia, elección o circunstancia, duermen en cajones de 1.30 por 2.00 metros en hoteles en las cercanías del metro en Tokio, Japón cuando no alcanzan a llegar a casa antes de regresar a su trabajo.

Otros adultos mayores buscan y compran familias sustitutas, como lo presentó el director  japonés Hirokazu Kooreda en «Un asunto de familia» (2018).

A estas circunstancias de vida les cayó la pandemia, el aislamiento colectivo de 2020 que comienza a cobrar factura social, laboral, educativa y cultural.

Esto último es tema de mi Agenda ¿Qué papel está jugando la cultura en estas sociedades de seres cada día más aislados, tecnificados, pegados al monitor del telefonito, la computadora o la pantalla de televisión? Las transmisiones durante 2020, de actividades cultuales de forma virtual, primero por necesidad extrema, era eso o nada, representaciones en escenarios sin público presentes, en 2021 ya con cierto aforo en teatros, cines y otros espacios culturales, muchos de ellos con formato híbrido, como el Festival Internacional Cervantino que comienza esta semana.

Otros se encerraron y guardaron muy bien la llave, hablo de teatros, instituciones culturales, departamentos de instituciones dedicadas al arte y la cultura, hicieron bien.

La pregunta es ¿cómo está afectando a la población este aislamiento que continúa en algunas actividades, sectores y países? Es una pregunta parcial, muy segmentada, lo se. Los miles que acuden a los partidos de futbol americano de la NFL, o los que estuvieron ayer en el Gran premio de Turquía, no están interesados por esta pregunta. De todos modos creo que es importante

¿Qué sigue en esta sociedad cada vez más individualizada, aislada, sumergida en sus pantallas donde muchas personas se aferran a la juventud y compran sillas especiales, compiten en torneos infinitos, viven y mueren virtualmente todos los días y no quieren dejar de existir así, de forma digital?

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