Es mi Agenda Cultural en http://www.milenio.com, una reflexión sobre los difíciles tiempos que estamos viviendo.
Los laguneros por nacimiento o adopción procuran adaptarse a las circunstancias, no solo para sobrevivir, como lo he escrito antes en este espacio, sino para mejorar las cosas y tener un mejor mañana.
Nadie se quiere ir, los que lo hacen no tienen alternativas y algunos de ellos entienden que vivimos en una región de nómadas, que somos sobrevivientes del semi desierto y que debido al esfuerzo permanente, a la innovación, capacidad de resistencia y una buena dosis de terquedad, se ha podido permanecer en medio de la pandemia y se ha llegado más lejos de forma permanente.
Las creación y fortalecimiento de redes es parte de este entramado de sobrevivencia y trascendencia, redes que involucran a universidades, instituciones de los tres órdenes de gobierno, colectivos ciudadanos y proyectos que se concretan en un mundo de incertidumbre y de vida día a día. Por supuesto que hay programas que aparecen y no logran permanecer más allá de un tiempo corto, por ejemplo, revistas impresas que se editan por medio año o algunos meses más y luego desaparecen por crisis financieras insuperables, proyectos con objetivos a corto o mediano plazo muy determinados y que una vez cumplidos desaparecen.
Se festejan días, se cometen errores, se intenta mejorar en futuras ediciones de festivales, conmemoraciones de oficios, hechos históricos y otros motivos de reunión y trabajo, pero lo importante es que los actores del arte y la cultura no dejan de trabajar. La Laguna no es ajena al contexto en el norte de México, pero aquí hay características distintas en la planeación, realización, reflexión y seguimiento de proyectos, de colectivos en viejas casas del centro de la ciudad, de alianzas de universidades para dar continuidad a proyectos como el Festival Cultural de la CIESLAG en noviembre de los últimos 6 años, o la Bienal de Arte Joven, que revivió en 2019 a iniciativa del colectivo ciudadano Punto Visual.
A estas acciones sumamos las acciones de profesionalización de diversos sectores culturales, como el teatro, la promotoría cultural, la pintura y la música. Este aspecto merece más líneas en la Agenda Cultural, porque en una región relativamente joven como esta, se carece de una tradición académica artística y el inventario de universidades y otras instituciones con actividad en el aula de artes, es reciente, a pesar de que a muchos les parezca una eternidad.
A mitad de la tragedia sanitaria es bueno descansar un rato, reflexionar, platicar con nuestros amigos, medir los hechos, las acciones que intentan, a veces en forma vana, contribuir a la reactivación de la vida cultural en la región. Reactivación que exige una mejoría del estadio anterior a 2020, no se trata de regresar al estado anterior, tampoco se trata de pensar que estábamos mal, no es así, no es cuestión de negar por sistema.
He visto la actividad cultural y artística en otras regiones de país y La Laguna cuenta, o contaba hasta marzo de 2020, con una actividad importante, generada muchas veces con gestión y aportaciones económicas de los mismos actores culturales en una región donde se trabaja, en muchas ocasiones, con el mínimo de todo, menos de talento, pero se crea, se ejercen oficios de forma cotidiana en espacios diversos y con aliados ocasionales o permanentes que si bien no tienen los recursos de regiones económicamente superiores a La Laguna, colaboran con el sector cultural.
Así, La Laguna pareciera, por su actividad cultural, una región más rica en su actividad económica, por la cantidad y calidad de la actividad cultural, sea esta institucional, marginal, lateral, esporádica, permanente, con apoyos del estado y/o de la iniciativa privada, o sin esos apoyos.
Al no ser una comarca rancia, se salvan esas posiciones clasistas en extremo y de una actitud ultra conservadora, y aunque hay obstáculos no salvados, como la existencia de capillas y pequeñas mafias que hacen nada y critican todo, el nivel del quehacer cultural y artístico de la región es mejor que el de otras latitudes con más dinero, historia, oportunidades y alcances políticos.